Súper 8
Hace dos años, en el día de su estreno, fui a ver la hasta
ahora última película de J.J. Abrams. La sensación con la que salí en su
momento fue de felicidad por haber visto una enorme película. Hace unos días la
volví a ver, con miedo de que en ese momento la euforia me hiciera juzgarla
mal. Por suerte la euforia y la razón iban de la mano.
Repasemos la historia. En el verano de 1979 un grupo de pre
adolescentes está filmando un corto de zombies en el formato súper 8. En uno de
los días de rodaje, filmando en la estación local de tren, presencian el
descarrilamiento del mismo. Días después empiezan a suceder hechos extraños en
el pueblo. Gente desaparece, animales huyen, todo parece indicar que estos
incidentes están relacionados con el descarrilamiento.
Para entender a esta peli primero hay que saber los dos
grandes nombres que están detrás de ella. Uno es el ya mencionado Abrams, fan
confeso del cine de aventuras de los 80 (no por nada se quedó con la dirección
de las dos sagas espaciales por excelencia). El otro es el de Steven Spielberg,
realizador de muchos de los grandes clásicos de aventura de los 80. Creo que
con esos antecedentes el tono de la película era obvio.
Y aclaro esto porque estúpidamente, la mayor critica que
recibió la peli fue su semejanza a films como Los Goonies, es decir, films de aventuras con chicos de por medio.
Cuando esa es la gracia, homenajear a un cine que parece ya casi extinto.
Dejando la estupidez de los críticos “especializados” de
lado, hay que decir que la película tiene muchísimos méritos propios además de
parecerse a determinado género.
Uno de ellos es el plantel actoral joven. Siendo Elle Faning
(hermana menor de Dakota) la única conocida del grupito, los pendejos la descosen
actuando, haciendo sus papeles muy creíbles.
Caso contrario pasa con los adultos, que a pesar de ser
todos actores conocidos y con una trayectoria encima, están muy por debajo del grupo
de chicos.
Pero a las buenas actuaciones de los pibes, también los
acompaña una buena historia de fondo. Como solía pasar con las buenas pelis a
la que homenajea Súper 8, no solo se
trata de la aventura que viven los chicos. Si no que en ella dan ese difícil
paso que es dejar de ser un niño y entrar en la adolescencia. El primer amor,
la envidia, los celos, el dejar atrás o superar determinados reveces que da la
vida en post de crecer es algo que se ve desde el primer minuto de metraje.
A esto hay que sumarle el buen hacer de Abrams detrás de cámara.
El creador de la sobrevalorada Lost
vuelve a mostrar porque para muchos debe dedicarse a pleno al cine. El ya
nombrado descarrilamiento del tren, así como otras situaciones donde los
personajes corren y escapan están filmados con un buen pulso donde todo se ve. Y
obviamente están los famosos rayos de luz que inundan la pantalla por todos los
costados, algo típico en el cine del nerd cuatro ojos.
Súper 8 es un
gran homenaje a un cine que disfruto toda una generación (a la que pertenezco),
y que hace pensar que es una clase de cine que por desgracia ya no se hace.
Pero también es la confirmación de que JJ Abrams está para
grandes cosas en el cine de aventuras y del pochoclo de buena calidad, algo que
pocos (incluso los “realizadores profundos”) pueden presumir.
Un saludo creciendo.
Nota: 9
Jorge Marchisio
Mi face Yorsh A. Romero
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